No sé cual es la cara qué me mira
cuando miro la cara del espejo
no sé qué anciano acecha en su reflejo
con silenciosa y ya cansada ira
Lento en mi sombra, con la mano exploro
mis invisibles rasgos.
Un destello me alcanza.
He vislumbrado tu cabello
que es de ceniza o es aún de oro.
Repito que he perdido solamente
la vana superficie de las cosas.
El consuelo es de Milton y es valiente.
Pero pienso en las letras y en las rosas,
pienso que si pudiera ver mi cara,
sabría quien soy en esta tarde rara.
Carla Gañete
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